Capítulo 22: Segundo semestre

Han pasado 170 días exactamente desde que llegué a Horsens. Todavía recuerdo cuando entré por la puerta de lo que sería mi piso como si fuese ayer. Antes de entrar pude ver por la ventana al que iba a ser mi compañero de piso, Georg. Estaba sentado en el sofá con el ordenador.

Poco después de llegar apareció otro chico, se hacía llamar Zoli y era de Hungría. También conocí a Sascha, Alemán. Quería hablar con ellos, pero mi inglés estaba muy olvidado y apenas era capaz de decir unas cuantas palabras seguidas.

Recuerdo que estaba hecho polvo, el viaje había sido duro y la maleta de 32 kilos había hecho mella. Cuando estaba a punto de irme a la cama sonó el timbre. Abrí la puerta y me encontré a cuatro personas más. Eran españoles y habían venido a conocerme, pues Georg les había dicho que su compañero de piso era español. Me ofrecieron salir con ellos, pero estaba tan cansado que ni me lo plantee. La verdad es que apenas hablé con ellos, ni si quiera les pregunté sus nombres. "Seguramente les parecí el tipo mas rancio y antipático del mundo", pensé después. De hecho al día siguiente ni si quiera recordaba sus caras, si me los cruzaba otra vez no estaba seguro de poder reconocerlos.

Con el paso de los días supe el nombre de todos ellos, eran Elisa y Raquel, las vecinas de al lado e Iker y Gabi, que vivían en el bloque 26. En la primera clase de Inglés conocí también a Luisja, de León.

Todas estas personas, junto con Chema y Javi, iban a ser mi principal círculo de amistades durante todo el semestre.

Poco a poco, día a día, el semestre se fue consumiendo y nuestra amistad haciéndose mas fuerte. Al final éramos como una familia. Juntos nos hemos pegado unas fiestas y unas cenas para el recuerdo, y además nos hemos reído hasta decir "basta". Momentos que ni las mejores fotos pueden captar, pero que sin duda nunca vamos a olvidar.

Pero ya ha empezado el segundo semestre y para muchos la experiencia Erasmus ha llegado a su fin. Georg, Zoly, Iker y Sascha se fueron marchando uno a uno y la verdad es que nos cuesta hacernos a la idea de que ya no están.

Ahora la vida en Horsens continúa. Pocas cosas han cambiado. Gabi vive ahora con una chica francesa, Javi con un francés, Chema con un belga y en mi piso la habitación de Georg ahora está ocupada por Luisja.

No sé si este semestre será mejor o peor que el pasado, pero lo afrontamos con muchas ganas de conocer gente nueva, de pasarlo lo mejor posible y con la ilusión de que momentos como estos se vuelvan a repetir: