Capítulo 24: El CeBIT (Hannover)

El sábado pasado me fui a Hannover, el CeBIT, la feria de innovación, tecnología y desarrollo.

Teníamos que coger el autobús el viernes por la noche, en la universidad. Como el viaje se antojaba largo, decidimos comprar provisiones en el Rema.

A eso de las 00:30 salimos hacia Hannover. Conforme me subí al autobús me coloqué rápidamente en un asiento pegado a la ventana, para poder apoyar la cabeza para dormir algo más cómodo. A mi lado se sentó un japonés/coreano o lo que fuera, delante estaba Chema y detrás un chico que en el transcurso del viaje lo bauticé como “eltontoloscojones”.

Por fin apagaron las dichosas luces del autobús, pero unos paneles verdes iluminados que había encima de cada asiento molestaban bastante.

Al poco rato de salir me entró una sed tremenda, menos mal que había comprado agua en el Rema. La abrí y sonó: ¡pssssshh!. Y ahí estaba yo calado de agua… con gas. Había comprado una maldita botella de agua con gas. A todo esto el japonés/coreano también se mojó un poco (Gomen nasai).

Tras un par de horas de viaje me propuse dormir un poco, pero con la gente hablando, el japonés/coreano que no conocía de nada al lado, “eltontoloscojones” escuchando música a todo trapo (e increíblemente durmiendo), algún capullo jugando a un juego de tiros sin cascos y el panel verde iluminándome la cabeza, que queréis que os diga, me cuesta dormir. Soy así de raro.

El caso es que tras casi 8 horas de viaje, tres paradas, varios cabezazos contra el cristal y durmiendo más bien poco, llegamos a Hannover. Eran las 8 de la mañana del sábado, así que esperamos en el autobús hasta poco antes de las 9 que abrían la feria. La última hora de viaje "eltontoloscojones" fue escuchando algún tipo de monólogo con su compañero de asiento y ambos se iban partiendo el culo, pero eltontoloscojones de una forma particularmente molesta. De hecho la gente lo miraba con ojos sangrientos y venas hinchadas. Si llegamos a hacer una encuesta antes de subir para dejar a alguien en tierra a la vuelta, "eltontoloscojones" se habría quedado en Hannover, eso seguro.

La feria es espectacularmente grande, tenía como 26 halls a cual mayor y aparte de visitantes estaba llena de chinos y corbatas, muchas corbatas. Teníamos 8 horas y 4500 stands por ver…

Había stands dedicados al mundo del motor, al de la sanidad, a los videojuegos, al desarrollo de software, al hardware, a bussines, a openSurce, telefonía…

Esta es la foto de uno de los 23 halls:

Evidentemente no los vimos todos. La parte de bussines la pasamos bastante rápido, pues sólo eran empresas promocionándose y en las que podías dejar tu tarjeta de visita. Si hay algo claro es que en el CeBIT sin tarjeta de visita no eres nadie.

Había muchas cosas sobre tecnología 3D: distintos tipos de televisores, de gafas… En un stand te podías ver en 3D, te grababa una cámara, sacaba tu imagen en una pantalla y con unas gafas te podías ver en 3D. Molaba. También pudimos ver la Nintendo 3DS, pero no es nada del otro mundo.

     Ésta fuente de agua en la que se podían ver figuras y leer textos me resultó muy curiosa:

En la mayoría de stands te daban cosas como bolis, llaveros, bolsas, camisetas, sombreros… La gente se agolpaba en estos stands a gritar el nombre de la empresa del stand para que sus integrantes lanzaran cosas. Era rollo secta, en serio.

También tuvimos tiempo de echarnos alguna foto con las azafatas:

Días antes del viaje le dijimos a Sascha, nuestro amigo alemán del primer semestre, que íbamos a ir a Hanover, así que se sacó un billete de tren Berlín-Hanover y allí que se plantó. Habíamos quedado sobre las 12 y tras varios SMS, llamadas, confusiones y vueltas al Hall 17 por fin lo encontramos. Nos costó más de media hora dar con él.

Paramos a comer en un puesto de perritos calientes y continuamos la visita por el CeBIT, hasta eso de las 17:30. Momento en que nos despedimos de Sascha y volvíamos al autobús que nos llevaba de vuelta a Horsens.

Para la vuelta la mayoría de gente se había cambiado de sitio. Sólo quedaba un sitio con ventanilla, en el mismo en el que había venido, con "eltontoloscojones" detrás. Ese no se había cambiado. Por lo visto en el CeBIT había visto más cosas de las que su cerebro podía asimilar y cayó rendido, así que aproveché para dormir. Dormí más de dos horas del tirón hasta la primera parada y después seguí durmiendo hasta que paramos a eso de las 22.30 en una tienda danesa en la frontera de Alemania. La peña empezó a coger carros y entrar a la tienda como si llevasen días esperando el momento. ¿la razón? El precio. Era mucho más barata que cualquiera de Dinamarca. Si comprabas latas no te cobraban el “pant” (el embase) porque era alemán y en Dinamarca no lo puedes devolver. Para que no te lo cobren tienes que rellenar un papel con tus datos de la YellowCard, que demuestra que vives en Dinamarca. Yo compré una botella de ron por 9€ menos de lo que me cuesta en Horsens. ¡9€!

Este es el autobús tras el paso por la tienda, el maletero parece un estante del Carrefour.

A eso hay que sumar las botellas de cristal que había arriba. De hecho, en cada curva que tomaba el autobús, sonaba “clink, clink”, como cuando te vas de botellón con el alcohol en la bolsa del Mercadona.

Las dos horas de viaje restante las pasé dormitando, pero no durmiendo, entre otras cosas porque "eltontoloscojones" había vuelto a la carga con los monólogos. Pero por fin llegamos a Horsens, me duché, me puse el pijama y me acosté me cambié y me fui de fiesta a la Den Glade Viking.